A quién no le gustaría estar tumbado en
una playa de ensueño tomándose tranquilamente un cóctel mientras oye el suave
ruido de las olas, o en medio de la naturaleza disfrutando del aire fresco y
notando la calma del ambiente. Cualquiera podría llamar a esto paraíso.
Pero por qué no vamos un poco más allá de
los típicos paraísos estandarizados y pensamos otros paraísos que hay a nuestro
alcance, en nuestro día a día, y apenas nos damos cuenta de ellos y de que lo
son. LA SANIDAD. Por ejemplo. Qué
gran recurso -y paraíso-. Y todo lo que es necesario para mantenerlo: mucho,
muchísimo, capital, material, centros equipados correctamente, personal... pero
especialmente, esto último, el personal; esencial para tener una sanidad de
gran calidad y se pueda decir que la sanidad es un paraíso.
Pero volvemos a objetar de nuevo, dentro
de este personal, hay que hacer especial mención a un sector: el de Enfermería. Muy infravalorado,
y realmente, es el que completa, en
todos los aspectos, el significado de paraíso referido a la sanidad.
Enfermería hace miles de funciones
imprescindibles para mantener la sanidad a flote; por ejemplo, unas de tantas:
cuidar (24 horas), diagnosticar, gestionar, docencia, investigación, etc.
Injustamente, todas ellas/os son
menospreciadas/os por la sociedad, que apenas valora el trabajo de Enfermería.
Luego, debemos luchar porque esto cambie y
no sea así. Conseguir que se valore, y mucho, la acción de la Enfermería y la
sociedad empiece a cambiar la visión que tiene sobre ella, así como todos los
mitos y pensamientos erróneos, que hace que se mantenga mucho al margen en,
todavía, demasiados aspectos.
Porque amigos, una vez más, sin enfermeras -y por supuesto, sin
enfermeros- no hay paraíso.
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