Y de la idea de algunas personas de que los médicos son los dueños y como una especie superior en el hospital.
Quizá el mito más señalado y ligado a la enfermería sea el de que los enfermeros somos médicos frustrados,
que nuestro trabajo vale menos que el de aquel colectivo
y que sólo podemos actuar en base a sus órdenes.
Está claro que hay algunas actuaciones que requieren la colaboración de unos con otros, pero son tan válidas y necesarias las unas como las otras, es cierto que ellos diagnostican y hasta que no lo hacen nosotros no actuamos, pero valemos todos lo mismo, al igual que nuestro trabajo.
Y también es cierto que muchas veces ellos no pueden actuar hasta que lo hayamos hecho nosotros, aunque eso no se diga.
Sin enfermeros, los médicos no serían nada (al igual que sin el resto de personal sanitario).
Con este tipo de creencias, lo único que se consigue es un pique entre los diferentes colectivos que no tiene porqué existir con un aumento en la dificultad de restauración de la salud del paciente.
Todos somos iguales,
tanto médicos,
como técnicos,
celadores,
administrativos,
enfermeros,
pacientes,
personal de limpieza,
auxiliares,
y familiares.
El hospital no es de los sanitarios, ni mucho menos de los médicos,
es de todos, especialmente de los pacientes.